Fred Kofman, doctor en Economía de la Universidad de California, Berkeley y autor del libro "La Empresa Consciente" afirma, y yo estoy de acuerdo, que las empresas deben abogar por el desarrollo de sus miembros, fomentando el respeto, la solidaridad y todo aquello que contribuya a que los individuos puedan alcanzar el máximo estado de consciencia que les permita mejorar sus vidas y comprender los efectos de las interacciones con el entorno. Pero eso requiere una transformación cultural, que solo es posible a través de la conducta de sus líderes, desarrollando las siguientes cualidades fundamentales: Conoce aquí nuestra oferta de servicios para desarrollar las habilidades de Liderazgo Consciente Responsabilidad incondicional Aunque los factores externos influyen en nuestro comportamiento, siempre tenemos la posibilidad de elegir nuestra conducta. Cuanto más conscientes seamos de nuestra autonomía, menos condicionadas serán nuestras respuestas. Esta visión de responsabilidad nos confiere poder de decisión. Cuando los resultados de ciertas acciones son adversos las personas tienen la elección de adoptar posturas diametralmente opuestas: en principio puede rehusar a asumir responsabilidad en el asunto, adoptando un papel de víctima en el cual la situación sobrepasa su rango de acción y por tanto no es culpa suya las consecuencias que se derivan de tal situación, o puede por el contrario, asumir un papel protagónico en el cual asume los frutos de las acciones que han traído efectos negativos; y aunque la autoestima esté en juego, la persona aprende de la situación, la supera y siente que tiene las riendas de su propia vida. La peor catástrofe para un ser humano es la corrupción de su alma, el cual es el precio que pagan aquellos quienes obvian los valores en su accionar. Integridad esencial
Este concepto distingue entre resultado y proceso. Ganar es importante, pero no lo único que importa. Debe haber alineación entre la conducta para alcanzar el resultado y los valores personales. “La verdadera dicha no proviene de haber ganado, sino de haber luchado con dignidad”. Al actuar en función de profundos valores son las propias personas quienes se imponen restricciones en sus vidas, en contraposición aquellos que no viven en función de valores esenciales parecen disfrutar de mayores libertades, lo cual en el fondo resulta ser una cuestión de elección entre vivir con consciencia o vivir para los resultados, la diferencia entre ambas posturas se puede apreciar en el largo plazo. Humildad Ontológica* Esta cualidad se centra en cómo aceptamos las diferencias de aquellos con quienes nos relacionamos. El modo en cómo actuamos frente a estas diferencias nos define como “controladores” o “aprendices”. Los primeros fundan su autoestima en tener la razón y por ello tratan de convencer al resto de que la tienen, y los segundos mantienen una actitud abierta a los distintos puntos de vista. De ahí que manejen las situaciones buscando el consenso. La humildad ontológica, por tanto, consiste en movernos por la vida con actitud de aprendices. Comunicación auténtica Consiste en ser auténticos a la hora de expresar lo que realmente queremos decir y entender lo que nuestro interlocutor necesita expresar, incluso aquello que no está diciendo. La comunicación auténtica es especialmente útil cuando nos enfrentamos a conversaciones o situaciones difíciles. Hay tres aspectos que se ponen en juego cuando estamos ante una de ellas: el aspecto operacional, aquello sobre lo que estamos discutiendo (una tarea, una decisión, un desacuerdo…), el aspecto relacional, entendido como los vínculos emocionales entre los participantes y el aspecto individual, quizás el más sensible, pues tiene que ver con la identidad y la autoestima personal. Si uno de los participantes percibe que este aspecto está en riesgo, se centrará en la defensa y, posiblemente el ataque, desviando el eje de la conversación y sacando a la luz el “controlador arrogante” que todos llevamos dentro. Negociación constructiva Nuestra visión de los conflictos suele ser negativa ya que surge de nuestra incapacidad para manejarlos. Sin embargo, la energía del conflicto es positiva y podemos utilizarla de manera constructiva. Se trata de ganar con el otro, en lugar de ganar contra el otro. Distingue tres tipos de conflictos: Los conflictos personales (por ejemplo: quién tiene razón y quién está equivocado), los conflictos interpersonales, en los que no se trata de quién tiene la razón, sino de cómo convivir (y trabajar) con personas cuyos valores y actitudes son diferentes a los nuestros, y los conflictos operacionales, aquellos en los que se discute quién obtiene qué y no puede resolverse en el plano emocional. Este enfoque revela las preferencias y limitaciones de las personas, las estimula a generar soluciones más allá de las alternativas originales y maximiza la eficiencia a través de la cooperación. Coordinación impecable Esta cualidad tiene que ver con nuestra capacidad para cumplir con los compromisos que adquirimos y crear redes confiables de cumplimiento. Para que exista un compromiso deben darse dos elementos aparentemente sencillos pero llenos de matices: Una petición y una respuesta a esta petición. La dificultad surge porque suele ser distinto lo que pedimos y lo que esperamos obtener y de igual manera lo que el otro entendió que le pedimos. Maestría emocional La comprensión de los conceptos anteriores a nivel intelectual no tiene valor si no podemos aplicarlos en una situación de elevada tensión emocional. Por ello podríamos decir que esta competencia es una competencia básica para actuar con destreza como líderes conscientes. Maestría emocional es la capacidad de comprender qué son las emociones y cómo operan, considerar que son necesarias para mantener nuestra racionalidad, saber cómo utilizar la información que nos proporcionan sin dejar que nos controlen y mantener el equilibrio cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles. Consideraciones finales Seguir estos conceptos nos ayuda a recuperar el control de nuestra mente y apartarnos de hábitos arraigados y poco productivos y así alcanzar un nivel de consciencia superior. Trabajar en elevar nuestro nivel de consciencia nos acerca y puede llevarnos a transformar la competencia en cooperación, ver el enfrentamiento como un juego que estimula la excelencia y convertir la rivalidad en colaboración que incluye y trasciende la competencia. *Ontología: Parte de la metafísica** que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales. **Metafísica: Parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras.
2 Comentarios
5/24/2021 10:18:39 am
Extraordinario, efectivamente ya lo había leído antes, pero me vuelve a llegar en este momento de vida. Muchas gracias.
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