生き甲斐 En algún momento de nuestra vida, nos cuestionamos la razón de nuestra existencia. Qué se espera que hagamos con el tiempo que tenemos, por qué estamos aquí, nuestra contribución al mundo o la utilidad que nuestra existencia tiene para el todo. Son preguntas complejas. Esa conversación existencial no hace parte de algún ejercicio que tengamos mientras crecemos y nos preparamos para enfrentar el mundo como adultos. En esa época en que tantos recursos se invierten en proyectarnos en el futuro, estas preguntas no aparecen. Sin importar el momento en la vida en el que decidamos buscarle respuesta, encontrar los recursos para enfrentarla es todo un proceso. La religión, la filosofía, hasta la orientación profesional tienen acercamientos tangenciales. Lo que necesitamos es un mapa de navegación para balancear nuestras partes y transformar ese todo en algo más. La razón de ser, (Ikigai), es un concepto que recientemente se ha vinculado la conversación sobre “propósito”. En la lengua japonesa de dónde proviene, significa tener una dirección hacia la cual dirigirse; cada decisión y cada paso tomados en un momento específico de la vida apuntan al Ikigai. Es una forma de darle sentido a las acciones, y en consecuencia a la existencia. Este es un concepto que aprenden en el lenguaje desde la infancia. En la última década el concepto Ikigai y el diagrama de Venn de propósito creado por el astrólogo español Andres Zuzunaga, y las ideas de Dan Buettner para vidas más longevas, empezaron a fusionarse en la cultura popular y al tiempo empezaron a cambiar vidas alrededor del mundo. Un diagrama de Venn es una gráfica que muestra todas las posibles relaciones lógicas entre varios conjuntos finitos de elementos, mostrándolos en un plan de curvas que se sobre ponen en donde los elementos son comunes entre dos o más conjuntos. Es así como hoy contamos con una herramienta que trabaja con un concepto de propósito que no es precisamente Ikigai; esta se enfoca en las realidades con las que nos enfrentamos todos, desde una perspectiva que sea más familiar para los occidentales.
Este instrumento actúa como mapa de navegación para la vida, produciendo parámetros prácticos para transformar la manera en que vivimos. La construcción del propósito usando esta herramienta, parte del conocimiento que tenemos de nosotros mismos y del mundo. Por ello es que el momento en la vida en el que lo hacemos surte un efecto en el resultado. Es decir, una persona que emprenda este ejercicio tendrá diferentes resultados en diferentes momentos de su vida. La profundidad del auto-conocimiento es fundamental como decíamos. Una manera para ayudarnos a conectar nuestra razón, nuestros sentimientos y nuestra realidad, es la escritura. Las palabras que seleccionamos para describirnos tienen valor, el lenguaje siempre ha sido una manera de revelar nuestra identidad. De restringir o expandir nuestro ser. Sin embargo, reconocernos de manera honesta no es fácil; con frecuencia existen zonas desconocidas que evadimos de manera consciente o inconsciente. El primer paso para ir a cualquier lado es el más importante; después lo será el segundo. Y en ese camino encontraremos las relaciones que tengamos con otras personas: la preocupación que tengamos por el qué dirán, lo que nuestra familia espera que hagamos y hasta incluso las expectativas de otros sobre la vida que deberíamos tener, o lo que nosotros creemos son esas expectativas. Y tendremos que pesar todas esas ideas y decidir qué llevamos con nosotros a lo largo del camino. Ese primer paso, conocernos honestamente, implica liberarse del ego. La aproximación al propósito desde este diagrama ayuda a poner considerar el yo y todo su ego, en la misma medida a el mundo y nuestra relación con él, facilitándonos la conexión con una misión trascendente. Si solo se lee “Conócete a ti mismo y encontrarás tu propósito”, suena fácil. No queremos despojar el proceso de su complejidad, sabemos que no es sencillo. Pero tiene un valor trascendental, así que vale la pena. Como con todo mapa, no es la ruta el objetivo. El diagrama no es el objetivo, es solo el mapa. Nosotros damos paso tras paso, enfrentando obstáculos inesperados y ajustando la ruta; acercándonos poco a poco al destino: ese propósito, el legado que queremos dejar. Únete a la fuerza que transforma tu propósito. Escrito por: Ximena Cárdenas Arango.
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